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Jul, 2022.- Educación y salud gratuitas, acceso libre y sin prejuicios a la práctica del deporte y la cultura, leyes que benefician a las personas vulnerables, respeto a los derechos de la niñez, la mujer y la maternidad son una realidad para los cubanos, algo así como un derecho intrínseco con el que nacemos y crecemos.

Sin embargo, el hecho de formar parte del día a día convierte a tales logros en algo común y habitual, a tal punto de que en ocasiones valoramos muy poco la importancia de esas conquistas.

Pero si comparamos la realidad cubana con la de otros pueblos del orbe, incluso de los llamados del primer mundo, entonces podremos percatarnos de cuán favorecidos somos los hijos de este verde caimán.

Por ejemplo, mientras 400 millones de menores viven bajo condiciones de esclavitud en países como Eritrea, Somalia, Sudán, Afganistán y Pakistán, aquí el trabajo infantil está prohibido; los niños y niñas van a la escuela y resulta obligatoria la educación hasta la enseñanza secundaria.

Y si hoy mujeres de Nicaragua, El Salvador y República Dominicana protagonizan manifestaciones para exigir el derecho a un aborto seguro, en Cuba este es un servicio institucionalizado de salud que garantiza el bienestar de las féminas.

La igualdad de género y de raza en materia laboral y social también es otra de las más grandes conquistas, es así que más de la mitad del Parlamento antillano está integrado por cubanas.

Este panorama no es casualidad, sino el resultado de más de 60 años de políticas pensadas en beneficio del pueblo trabajador, la cosecha de un proyecto social hecho por los humildes y para los humildes, como lo soñara el Apóstol de la Independencia José Martí.

Pero algo que debe quedar claro es que los logros cuestan a diario millones de pesos al país, si bien el Estado no nos exige nada a cambio, y que depende solo de nosotros, los principales beneficiarios, perpetuar en el tiempo estas conquistas que nos engrandecen como nación.

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