Jul, 2022.- En busca de Don Lagartijo llegamos al coliseo Ángel Alberto Martínez de Nuevitas pero, sorpresa, encontramos mucho, mucho más; luz y corazón, y sonrisas, calor humano y ternura.
Ni la amenaza del apagón impidió a las familias nueviteras acudir a los conciertos de Lidis Lamorú los días 1ro y 2 de julio en el anfiteatro deportivo de esta ciudad costera, y ella, cual suerte de hada madrina, regaló tanto amor que los adultos marcaron un pasillito al ritmo de sus temas y tararear sus canciones.
Ambas noches fueron especiales, no solo para los pequeñines de casa, sino para toda la familia, y es que no faltó ese calor humano, ese tú a tú entre el público y la artista, que bailó y cantó con el mejor de los acompañamientos, el de sus fanes.
Lidis le vocalizó al amor maternal, al alma infantil, a los sueños. Nos enseñó que no hay mejor receta para la felicidad que dos “c” y una “t”: casa, cariño y ternura, familia pura.
Con ella no hay límites entre la artista y la persona, no hay vanaglorias de fama pese a sus 27 años en la popularidad del pentagrama musical infantil. Por eso no le importa compartir escenario con aficionados locales, al contrario, los invita y convida a seguir cultivando el arte para niñas y niños.
Y hubo muchas risas, hasta lágrimas de felicidad, y fotos para la memoria colectiva, con un “anjá” que caló en los corazones.
Hay tanta sencillez en Lidis Lamorú, y a la vez tanta grandeza humana, que saberla en Nuevitas es una de las mayores alegrías en este inicio del verano 2022, un regalo para los pequeñines de casa que saben agradecer con sonrisas la luz y el corazón que ella les regala en cada uno de sus temas.