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Mar, 2022.- La pantalla astillada luego de una estrepitosa caída auguraba la mala noticia, el táctil del celular dejaba de funcionar y con él proyecciones de trabajo, facilidades comunicativas y oportunidades para el ocio.

Y es que el móvil se ha convertido desde hace algunos años en parte indispensable de la vida cotidiana de cualquier nuevitero, por lo que su pérdida o ruptura es, sin lugar a dudas, una tragedia de grandes dimensiones.

Si a ello sumamos los precios estratosféricos que adquieren los teléfonos inteligentes en el mercado formal e informal, entonces sobran las razones para extremar el cuidado o llevarnos las manos a la cabeza, desesperadamente, ante un suceso similar al narrado.

Adverso es el impacto de estos dos años de pandemia en la economía cubana y mundial, que como un pulpo extiende sus brazos al ámbito de las tecnologías, porque comprarse hoy un celular nuevo es casi como reunir para comprar una casa, así de inflados están los precios.

A la ecuación de esta problemática debo añadir el desequilibrio, ya característico en la sociedad cubana, entre oferta y demanda.

Así que si quiere móvil nuevo e inteligente debe preparar el bolsillo, dejar de vestir por varios meses y quizás hasta limitar la compra de alimentos que, igualmente, están súper caros, porque la ley de los nuevos comerciantes en el mercado informal es o lo tomas o lo dejas, pero de bajar precios nada.

Y sí, se entiende que traen estos modernos y necesarios dispositivos del exterior, que el pasaje cuesta caro, que corren riesgos, en fin, hasta nos convencen de que es justo pagar 20 mil pesos o más por un Xiaomi Retmi Note 8.

Pero que nadie dude que en esa ficha de costo que nos quieren vender con sólidos argumentos va incluida la percepción individual y la desvalorización del precio del dinero.

Claro que para criticar hay que mirar las dos caras de la moneda, y hoy la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, encargada de la comercialización oficial de teléfonos, también tiene sus precios por las nubes, y eso cuando aparecen, porque tampoco hay estabilidad en las ofertas.

Por ejemplo, un Alcatel Android 10, de 6.22 pulgadas y solo 13 megapíxeles de cámara principal se valora en 200 pesos en Moneda Libremente Convertible que vienen siendo los 20 mil que dio una conocida por su Xiaomi, si tenemos en cuenta el precio de esa divisa en la calle, porque, ¿dónde más podríamos obtenerlo?

Lo peor es que el panorama no parece tener pronta solución pues Cuba sigue sumida en una crisis económica profunda que impacta todos los ámbitos de la vida social.

Mientras llegan mejores tiempos los convido a valorar como oro sus teléfonos, no importa la marca o la súper inteligencia, lo esencial es que funcionen y nos sigan facilitando la vida cotidiana.

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