Ene, 2025.- Nunca imaginé que la exposición itinerante Cuba: Patrimonio y Naturaleza, que se exhibe en la Galería Guernica, de la ciudad de Nuevitas, al norte de Camagüey, tendría tanto impacto en ese territorio.
Lo importante está en que niños y adolescentes de distintas escuelas de las enseñanzas primaria y secundaria, a través de las 19 imágenes de la colección, emprendieron imaginariamente un recorrido por las primeras ocho villas fundadas por los españoles en la mayor de las Antillas.
Igualmente fue visitada por participantes en el Festival Internacional Camagua Folk Dance.
Es el resultado de varias visitas que realicé (con recursos propios y el apoyo de amigos), por las ciudades de Baracoa, Bayamo, Trinidad, Camagüey, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba, La Habana y Remedios, está última al norte de la provincia de Villa Clara.
Es justo señalar que Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey, se fundó en Punta de Guincho, Nuevitas, por lo cual, Roberto Figueredo, el curador, incluyó dos instantáneas de ese entorno.
Se trata de una selección de las más de 54 fotografías del libro Cuba: una excursión por el tiempo, publicado en nueve idiomas, el cual invita a lugareños y visitantes a palpar, desde ángulos insospechados, el tesoro patrimonial de esos primeros asentamientos, y con la premisa de que una imagen dice más que mil palabras, el texto fue ilustrado con instantáneas.
La exposición itinerante se mostró, también, en importantes galerías de la ciudad de Camagüey y Florida.
En tanto el texto Cuba: Una excursión por el tiempo, según quienes lo han leído, destaca por un lenguaje fresco y ameno, donde se propone en 169 páginas una mirada, desde ángulos insospechados, a las siete primeras villas fundadas por los españoles en la ínsula, en el que incluyo a Remedios, un lugar que mantiene en muy buen estado las edificaciones de la época, razón por la que, para algunos, es considerada como la octava villa.
No es casual que expertos en temas patrimoniales incluyan al texto como una joya literaria colonial, pero a la vez con un acento distintivo respaldado por la modernidad arquitectónica y natural de la que el autor no se desprende.
No solo utiliza construcciones de época, sino que en su senda verbal conquista las casi anónimas maravillas cubanas del siglo XX, en las que brillan el impresionante viaducto de La Farola, obra ingeniera construida en las montañas más orientales del país; el malecón de La Habana; el Hotel Nacional de Cuba; el famoso cabaret Tropicana; y el Casino Campestre, mayor parque urbano cubano, en la ciudad de Camagüey.
Se desnuda con encanto proverbial y merecido a contextos notables, singulares y naturales de esta ínsula caribeña. Merecen también un espacio distintivo la Sierra Maestra, el Escambray, la Reserva Ecológica Limones Tuabaquey, en la provincia agramontina, y las cascadas y afluentes de Baracoa.
Va mucho más allá y trasciende las fronteras del tiempo que imponen más de cinco centurias y describe historias legendarias como las del cacique Hatuey o el negro Golomón, en Bayamo, y la del cacicazgo Camagüebax y la de su hija, la princesa Tínima, en la comarca de pastores y sombreros.
Abraza en sus páginas a un Santiago de Cuba con pasajes combativos por la liberación, pero, asimismo, una cultura muy característica, en las que se entremezclan las costumbres europeas de España y Francia, con las raíces africanas, devenida en aproximación más cercana al espíritu caribeño del pueblo cubano.
Tampoco se olvida a San Cristóbal de La Habana, ciudad cosmopolita y capital de la nación, devenida centro de importantes rutas entre el Viejo y Nuevo Mundo. Y como eje esencial del enramado patrimonial del novedoso texto se realzan las culturas indígenas de la isla: los grupos Taíno, Guanahatabey y Siboney.
Según el epitafio de este texto: Hasta aquí ha sido un viaje por carretera para retornar más de cinco siglos, recorrido muy placentero por infinidad de sitios patrimoniales y hermosos paisajes que convirtieron el paseo en agradable excursión por el tiempo, tanto de la época colonial como del pasado reciente.
Cuba, por su posición geográfica, se utilizó como base en el siglo XVI para la conquista y colonización del continente. Precisamente en 1513 desde la isla, Juan Ponce de León descubre y emprende la exploración y toma de La Florida, EE.UU., y, en 1519 Hernán Cortés zarpa desde La Habana a México.
Entonces, el 'pretexto' del estribillo de Eduardo Saborit: Conozca a Cuba primero y al extranjero después ha permitido este fascinante andar por la Perla de las Antillas. Ahora, al finalizar, no puede uno despedirse sin repetir con el propio Saborit: Cuba, qué linda es Cuba.
Por lo que Cuba: Las primeras ocho villas. Una excursión por el tiempo, es un regalo para todos aquellos que desean conocer el devenir histórico y cultural de la mayor de las Antillas.