Dic, 2024.- La educación es un derecho humano y representa la clave para desarrollo sostenible de una nación en lo económico, social y ambiental, por lo que debe considerarse elemento básico para el desarrollo pleno de cada persona y factor determinante para reducir la pobreza y lograr la paz y la estabilidad.
De ahí la necesidad de que cada niño reciba las clases y cada docente sea una persona íntegra, ya que ejercerá su influencia sobre los educandos con la intención de formarlos con sapiencias, cultura y valores.
En Cuba este sector ha sido priorizado desde la campaña de alfabetización hasta su declaración como derecho pleno de cada ciudadano luego del Triunfo de la Revolución, y hoy es responsabilidad de todo el pueblo contribuir para mantenerlo vivo y eficaz.
Si bien la educación comienza desde el hogar, y cada padre debe concientizar en el importante rol que juega en la vida de sus hijos porque influye directamente en el crecimiento y desarrollo del pequeño y favorece en el proceso de aprendizaje, la escuela es el componente fundamental para garantizar el perfeccionamiento de su personalidad, inteligencia y conducta.
El centro educativo resulta el ámbito ideal para alcanzar el equilibrio de los pilares que perdurarán durante toda la vida de cada individuo.
Más allá de la obligatoriedad de la asistencia a estas instituciones desde temprana edad, lo más relevante es que les permite interactuar en la sociedad y hacer nuevos amigos, desarrollar su pensamiento, aprender a comunicarse y expresar sus emociones, sentimientos e ideas.
Los niños a temprana edad son muy detallistas, traviesos, aprenden de lo que ven y escuchan, por eso, aunque muchos no convivan con un infante en el hogar es responsabilidad de todos ser un ejemplo de ser humano íntegro y promover buenos hábitos, pues así también apoyan a la preparación para el futuro.