Nov, 2024.- "Me gusta trabajar con los niños pequeños porque en ellos puedo desarrollar habilidades y sentimientos", reconoce Mireya Maldonado, educadora del grado preescolar, con 36 años de experiencia.
Desde niña le gustó ser maestra, siempre se inclinó más por el nivel de la primera infancia para moldear a los pequeños para que asuman buenas conductas.
"A veces me siento triste y cuando llego a la escuela los niños vienen y enseguida me saludan: '¡Maestra, maestra!' y eso me hace olvidar los problemas, igual sucede cuando voy al hospital y médicos que fueron mis alumnos me dicen: 'usted fue seño mía'
Hace un tiempo atrás tuve un pre-infarto y quien me atendió fue Dairon, un niño que yo tuve hace muchísimos años en el círculo infantil, en ese momento me sentí de lo más segura".
La creatividad es parte de las habilidades que le permiten captar la atención de los educandos.
"Siempre trato de trabajar con un títere, enseñarles una poesía relacionada con el tema".
Para Mireya Maldonado la clave para permanecer tantos años en el magisterio es simplemente tener buen carácter y enseñarles el respeto, pero ante todo mucho amor porque "con amor todo se puede".