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Nov, 2024.- En 1868 Salvador Cisneros Betancourt se encontraba en La Habana recabando ayuda económica para la lucha por la independencia de Cuba, al obtener solo promesas decidió regresar a Camagüey, entonces recibió un telegrama en clave: se le informaba que en el primer vapor que saliera para Nuevitas el Gobernador de la isla y Capitán General, Don Francisco Lersundi, enviaría un cargamento con 1500 rifles destinados a Camagüey,  los que debían ser interceptados por la Junta Revolucionaria.

Conocida la situación, Salvador Cisneros Betancourt se lo comunicó a los camagüeyanos para que no dilataran más el levantamiento.

Entonces 76 patriotas determinaron lanzarse a la lucha el 4 de noviembre de 1868, en el paso del río Las Clavellinas -a tres leguas de Puerto Príncipe por el camino que conducía a Nuevitas-, él e Ignacio Agramonte Loynaz se quedaron en el Camagüey en otras tareas revolucionarias y se incorporarían posteriormente.

Por las condiciones geográficas y estratégica de Nuevitas las autoridades españolas convirtieron la ciudad y el puerto en una plaza fuerte y sitiada.

Ese mismo día -4 de noviembre de 1868- las tropas de Augusto Arango tomaron el poblado de San Miguel sin confrontar ninguna dificultad.

Cumpliendo el plan trazado se planeó el asalto al tren de Nuevitas que, supuestamente traería un cargamento de armas con destino al jefe español de la plaza de Camagüey; fue preparado el plan y el '5 de noviembre' en el ingenio Santa Isabel permanecieron dos días ocultos los revolucionarios para luego distribuir los hombres en pelotones.

Al frente de esa operación estaba Ángel del Castillo y lo acompañaban sus bisoños mambises.  

Al pasar las locomotoras por la vía férrea cercana al ingenio La Juanita recibieron aviso desde Nuevitas, el gobierno había ordenado que las armas no salieran para Puerto Príncipe, pues esperarían que el Conde de Valmaseda las reclamara cuando llegara a esa jurisdicción.

Mientras esta acción fracasaba el '11 de noviembre' Napoleón Arango  rindió la guarnición de El Bagá sin resistencia y Ángel del Castillo, el día 13, preparó otra arremetida, esa vez cuando el tren en viaje desde Puerto Príncipe a Nuevitas interceptaron las correspondencias destinadas al Gobernador y al Capitán General de Nuevitas, las que fueron descifradas por Eduardo Agramonte Piña.

Así se escribió esta importante página de la historia que protagonizaron los camagüeyanos y en la que Nuevitas tuvo un decisivo condicionante, pues al contar con un puerto hizo que aquella acción adelantara el alzamiento de los independentistas lugareños.

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