Sep, 2023.- A lo largo de sus 28 años de servicio en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Ángela Hiraima Pérez Valdés recorrió un camino lleno de logros y desafíos.
“En 1996 comencé como dibujante militar; dos años después debido a un reordenamiento me ofrecieron el cargo de jefa de las Áreas de Atención, el cual ejercí durante cuatro años. Luego fui jefa de cuadros por cinco años y actualmente soy funcionaria para el trabajo político.
Durante el tiempo que llevo de trabajo se realizaron actividades relacionadas principalmente con la formación del personal para las tareas de la defensa, donde tuve el importante papel de guiar a los alumnos civiles”, agregó Pérez Valdés.
“Organizar los actos políticos y los planes recreativos es también parte de mi labor, me encargo de dirigir desde mítines hasta viajes a la playa en el verano. El objetivo de estas últimas es fomentar la unión entre los trabajadores y ofrecerles un espacio para compartir en familia.
Una de mis prioridades como política es la atención a las escuelas. El Sector Militar de Nuevitas tiene priorizada a la Escuela Mixta Victoria de Girón, donde lanzamos el concurso Amigos de las FAR y varios de los niños participantes ganaron premios. Esto es parte de la formación patriótica de los pioneros”.
Ángela no desperdicia ninguna oportunidad para superarse, sigue tomando cursos para prepararse en los más diversos ámbitos.
“Recibí capacitación como jefa de pelotón de explotación y fui ascendida al grado de teniente. Tomé cursos sobre política, inglés e informática”.
Las anécdotas que cuenta esta funcionaria multifacética están cargadas de nostalgia. Recuerda con cariño uno de los muchos simulacros en los que estuvo; ese día se convirtió en uno de los más felices de su vida.
“Participé en muchos ejercicios durante los días de la defensa, pero hay uno que recuerdo de manera especial. Fue en marzo de 2005, mi papel en el ejercicio era el de jefe de una escuadra de tropas especiales norteamericana, así que estaban bajo mi mando diez compañeros. Tenía que escalar muros, arrastrarme por las trincheras y rodar por el suelo, algo que se me complicó bastante pues me cansaba más de lo normal. Al concluir el ejercicio me di cuenta de que estaba embarazada”.
También pasó por momentos amargos debido a su empleo, comenta que muy pocos aguantan este estilo de vida.
“Es un trabajo que exige mucho de ti. Debes estar dispuesto a sacrificar tu tiempo con la familia si ocurre algún evento que pueda afectar a la población. Experimenté una situación similar en el 2006, cuando el Comandante Fidel Castro Ruz estuvo gravemente enfermo”.
“A pesar de las vivencias me siento comprometida con mi trabajo. He aprendido mucho y espero seguir allí hasta mi jubilación, no cambiaría lo que hago por nada. Me siento feliz de ser útil a la sociedad de esta manera”.