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Sep, 2024.- Al caminar por las calles es común encontrarse con la escena de varios estudiantes de primaria grabando videos para alguna plataforma; muchos de ellos ya tienen cuentas en todas las redes sociales de moda.

El Internet se ha vuelto imprescindible para todo tipo de actividades y aunque puede resultar útil en muchos aspectos de la vida cotidiana debemos recordar que todo en exceso es dañino.

Las redes sociales abrieron un nuevo mundo de posibilidades para las relaciones interpersonales, a la vez se convirtieron en fuente ilimitada de información y entretenimiento, sin embargo, es un signo de alerta cuando el niño deja de hacer otras actividades para incrementar el tiempo que pasa con el móvil u otros dispositivos.

El uso abusivo de estas comunidades en línea puede causar enfermedades mentales como depresión, ansiedad, insomnio y la desconexión con la realidad.

Aunque cualquier usuario puede desarrollar una dependencia, diversos estudios realizados por el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) demostraron que los infantes son más propensos a padecer de estas afecciones.

Cuando sospechemos que existe cierta dependencia de estas plataformas que afecta al estado mental de los infantes es importante acudir a un profesional por ayuda.

Es necesario explicarles los peligros de las redes sociales y definir límites en cuanto al tiempo de conexión.

Fomentar las actividades al aire libre en familia ayuda a crear situaciones que ampliarán las perspectivas del infante respecto a la socialización.

Las redes sociales ofrecen un entorno atractivo que los menores pueden utilizar para entretenerse y comunicarse.

Encontrar un punto de equilibrio basado en su uso positivo y responsable es una tarea compleja, que se convierte en las últimas décadas en uno de los nuevos retos para la crianza.

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