Jul, 2024.- A principios del mes de agosto de 1956 ocurre en México el primer encuentro entre Frank País y Fidel Castro, al regreso de Frank a Cuba traía planes concretos para la lucha, basados en instrucciones de Fidel para organizar el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) en todas las provincias.
El 19 de diciembre de 1956 se instituyó la primera célula del Movimiento 26 de Julio en el municipio camagüeyano de Nuevitas, y Arnaldo Rubén Ferrera Domínguez es uno de los fundadores de esta acción revolucionaria.
“Yo vivía en el reparto Número Uno, siempre estaba en casa de Ángel Gutiérrez Núñez porque era esposo de una prima-hermana mía, y Luis Fernández Quiroga era su compañero del Ferrocarril.
Angelito era miembro del M-26-7 en Morón y Luis participó en la constitución de el de Nuevitas, en la casa de Carlos Daniel Nápoles (en la calle Carlos R. Chivas), para eso vinieron de Camagüey Cándido González Morales, Leo García Peláez y José Vicente Varona, cita que transcurrió en secreto”, rememoró Ferrera Domínguez.
La célula quedó integrada por Carlos Daniel Nápoles como coordinador; Edis Mederos, activista de Acción y sabotaje; Mario Febre y Sifredo Primelles, de Propaganda; mientras que Miguel Font, Rodolfo Francis, Luis Fernández, Arturo Braizon, Arnaldo Zaragoza, Roberto Ramírez y Ferrera Domínguez, le dieron cobertura de protección a la reunión.
“Teníamos solo tres revólveres, pero todo salió bien. Es un honor para mí que Cándido González me diera la mano cuando terminó la reunión y me animó a seguir para adelante, a pesar de que tenía 16 años de edad en aquella época”, acotó.
Las operaciones del Movimiento 26 de Julio contra la dictadura batistiana comenzaron desde ese momento en Nuevitas, la mayoría de los jóvenes se enfrentaron a las fuerzas militares constitucionales de la República de Cuba.
“El día 27 de diciembre Cándido regresó al municipio y le entregó a Ángel Gutiérrez Núñez y a Luis Fernández Quiroga creyones de labio -de color rojo-, y la primera acción que se ejecutó aquí fue escribir M-26-7 en las paredes.
A partir de 1956 se crearon células con los compañeros que estaban en contra del gobierno de Batista, fundamentalmente los jóvenes, y se realizaron otras labores como el traslado de armas y la Huelga del 9 de abril.
El 13 de marzo fuimos a buscar ropa verde-olivo –yo andaba con un revólver 32-, y cuando salí había un policía y le disparé, después de eso tuvimos que retirarnos hacia la zona de campo de Santa Lucía para continuar la lucha”. Para ese entonces Ferrera Domínguez se partió un tobillo en el monte, brincando una zanja con un saco de comida que les enviaron de Nuevitas.
“Éramos cinco compañeros para hacer un grupo guerrillero, que posteriormente el capitán Botello estuvo en esa zona, y allí estuve hasta que me fueron a buscar”, especificó.
Arnaldo solicitó ir para Camagüey, específicamente para la casa de su padre Ángel Rubén Ferrera Reyes, quien también pertenecía a una célula del Movimiento 26 de Julio-, y desde allí realizó varias tareas a pesar de su condición, hasta que al recuperarse pidió el traslado a Nuevitas.
Ya ubicado en su ciudad natal comenzó nuevamente las acciones de sabotaje con sus compañeros de combate.
“Sinceramente yo era fresco, no sé si por mi juventud no le tenía miedo a nada, y conjuntamente con mi amigo Roberto Ramírez, Arturo Varona, Papi Suárez, Rafael Hernández, y el negro Santiesteban quemamos una guagua, como parte de las acciones del M-26-7 contra el gobierno de Batista, y después también vendimos bonos para recuperar dinero para la causa, que incluso se enviaba para la Sierra Maestra.
El 30 de diciembre el grupo mío, vestidos todos de verde-olivo, estuvimos listos para alzarnos en la finca de San Agustín y después de dormir fuimos para la carretera El Sala´o, donde recibimos la noticia de que Batista se había ido”, refirió.
Mucho podría escribirse acerca del aporte de los nueviteros al proceso liberador de los años 50 del pasado siglo, se conjugaban hombres y mujeres, muy jóvenes, en un mismo sueño, un mismo ideal y un mismo sentimiento, quienes hoy, desde otra trinchera, mantienen las conquistas de la Revolución tras tanta sangre derramada para obtener una Cuba libre y soberana.