Jul, 2024.- Anónima es la labor de muchos cubanos, un ejemplo es el nuevitero Noel Allen Larraque, quien por muchos años protagonizó uno de los aportes más altruistas.
“Comencé a donar sangre en el año 1977 tras el llamado de los Comités de Defensa de la Revolución y contribuí a la disponibilidad de la O positiva para pacientes que la requerían”.
Luego de 15 donaciones, efectuadas con periodicidad para contribuir a salvar vidas humanas, fue acreedor del Sello de la Gota, estimulo moral que conserva con orgullo.
Saber que su aporte beneficia a operados, embarazadas u otros pacientes no lo hacen renunciar a la solidaridad.
“Es una causa noble y bonita, y siempre que pueda estoy dispuesto a ayudar”, agregó. Llegue a él y a todos los que preservan la integridad humana el agradecimiento del pueblo de Nuevitas.