Jun, 2024.- Ser joven es sinónimo de cambio, progreso, futuro; a todas luces enfrentar desafíos y crear o recrear un espacio para el desarrollo pleno y el futuro; convertir problemas en oportunidades, en soluciones; ser el motor impulsor de las sociedades.
En un contexto global marcado por desafíos ambientales, económicos y políticos la juventud cubana se convierte en fuerza vital para el desarrollo sostenible y la soberanía de su país. El compromiso y dedicación hacia estos objetivos son dignos de admiración y reconocimientos.
Ello demuestra el profundo adeudo en la construcción de un futuro sostenible al proteger el medio ambiente y buscar soluciones innovadoras, desde proyectos de reforestación hasta la promoción de energías renovables, además, lideran iniciativas que preservan los recursos naturales y promueven la resiliencia frente al cambio climático.
También los jóvenes son cruciales en la promoción de la soberanía nacional a través de su participación activa en proyectos agrícolas sostenibles y en el impulso de la producción local al fortalecer la seguridad alimentaria y reducir la dependencia de las bloqueadas importaciones.
La participación de los jóvenes en la esfera socio-política, igualmente, es destacable con su representación en organizaciones no gubernamentales como la Asociación Nacional de Innovadores y Realizadores (ANIR) y la Asociación Hermanos Saiz (AHS), entre otras, donde defienden los derechos humanos, la igualdad y la justicia social. Sus voces se alzan y escuchan en los debates públicos y en la defensa de los intereses nacionales, lo que refuerza la soberanía y la autodeterminación de la isla.
Su trabajo, resiliencia y espíritu emprendedor resultan fundamentales para enfrentar los desafíos actuales y construir un futuro sostenible, por lo que es necesario que las instituciones gubernamentales y la sociedad en su conjunto brinden a los jóvenes las oportunidades y el apoyo necesario.
En última instancia, la juventud cubana demuestra que el desarrollo sostenible y la soberanía no son metas inalcanzables, sino desafíos que pueden ser superados con dedicación y deber. Son ellos quienes están forjando un futuro prometedor para Cuba, sentando las bases para una sociedad más equitativa y autónoma.