Jun, 2024.- La sociedad cubana cada día manifiesta cambios de aceptación e igualdad. En pleno siglo XXI se reconoce que los padres se involucran más con sus hijos e hijas, y están presentes en cada momento de su crianza, educación y cuidado, tareas que se comparten de manera igualitaria con su pareja.
Años atrás, la mujer era la encargada de todo lo relacionado con los hijos e hijas, mientras el hombre trabajaba y se hacía responsable del sustento de la familia.
Hoy, los padres se dan la obligación de hacerlo, de cumplir con un rol compartido, y muchos quedan completamente a cargo de los niños.
El padre y su actuar son engrandecidos por los ojos de los hijos que comienzan a definir su personalidad.
En los primeros años de vida idealizan la imagen del padre como su superhéroe, es visto por la persona perfecta, quieren ser como él, capaz de hacer todo, el mejor de todos los padres del mundo.
Por ello es importante que la presencia y convivencia sean en lo cotidiano, de forma armónica y espontánea, al utilizar el juego como intermediario para una sana y fructífera relación, sin exagerar la autoridad, ya que, en un desarrollo sano, los niños necesitan límites, disciplina y hábitos siempre acompañados con amor y comprensión.
El rol del padre de familia favorece muchas áreas de la educación infantil y al desarrollo afectivo de los hijos, por lo que es primordial mantener y reforzar el vínculo de respeto y amor desde que nacen.
La relación del padre con el hijo aporta considerablemente en su identidad, ya que lo ve como su modelo de referencia, con ello irá definiendo su forma de ser, cómo va a actuar, definirá sus intereses, la manera de ver el mundo, y su identidad sexual.
Por otro lado, la relación del padre con la hija aporta también el modelo de lo masculino, lo suficiente y necesario para utilizar algunos aspectos que son útiles para ella en su actuar, como establecer límites en la relación con otros niños, dándose a respetar con los demás, siendo clara en lo que quiere, y firme en su postura.
Además, no debemos olvidar, la relación que los hijos observan de la madre y el padre como patrón de referencia en su futura relación de pareja.
Por tanto, el Día del Padre puede ser la ocasión perfecta para fortalecer la relación con sus hijos e hijas y hacer algo, único y diferente; que les reporte alegría y felicidad.
Es la ocasión perfecta para dar gracias a todos los padres ya sean biológico o no, por ser ejemplos de admiración y respeto.