Jun, 2024.- Al decir de José Martí “los niños son la esperanza del mundo”, la esperanza de un país y de una sociedad en constante cambio; la sonrisa eterna de una familia, y la razón de vivir de cada alma maternal.
El Estado tiene el deber de proteger la integridad física y moral de cada infante con leyes que respalden sus derechos. Cuba siempre ha considerado dentro de sus principales metas la protección infantil en todas sus aristas.
De este modo la ley de leyes -Código de las Familias Cubanas- reconoce los derechos elementales de cada niño (sin distinción de sexo, raza, origen social o de otra índole).
También recoge los principales y más primarios derechos que cada niño debe tener para vivir con dignidad y decoro, que no le falte la escuela, la alimentación, el vestido y la educación.
Para ello la familia, la escuela, los órganos estatales y las organizaciones de masas y sociales deben prestar especial atención a la formación integral de la niñez y la juventud.
La nación cubana ha sido parte de la Convención de los Derechos del Niño desde 1991, y las leyes incluyen severas sanciones ante los casos de corrupción de menores y el país se adhiere a instrumentos internacionales que protegen a niños y adolescentes contra la venta, prostitución, trata y otras formas de abuso sexual.