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May, 2024.- "A veces pienso que llegó el momento de jubilarme pero me arrepiento porque considero que todavía soy necesaria", expresó la Licenciada en Enfermería Enriqueta Hernández Mezoné, con más de medio siglo de experiencia en el sector de la Salud Pública.

Aunque se siente nuevitera es natural del municipio de Amancio, provincia de Las Tunas, desde allí se vinculó al hospital general Armando Enrique Cardoso en Guáimaro, donde también fue jefa de Enfermeras, y posteriormente en el año 1984 en la ciudad camagüeyana de Nuevitas.

"Inicié como auxiliar de Enfermera, conocido hoy por Enfermera básica, tras graduarme en el plan emergente, trabajé en los servicios de Pediatría, Medicina y Ginecobstetricia, y en Nuevitas en la Atención Primaria de Salud, de manera asistencial".

De igual modo, en el hospital general docente Martín Chang Puga laboró como enfermera de la Central de Esterilización, jefa de la institución, y en 1988 ejerció como jefa de enfermeras del municipio.

"A raíz de las necesidades asumió la Asistencia Médica por dos años, asesora primaria de salud y directora del policlínico Francisco Peña Peña" de la ciudad industrial agramontina.

La profesionalidad de la 'seño Enriqueta', como cariñosamente la llaman, la puso en práctica en países hermanos.

"Cumplí misión internacionalista en 1978 en Angola y el 2001 en Haití, donde realicé funciones asistenciales en lugares de difícil acceso, y considero una suerte el reto de que cuando no había médico asumí doble función teniendo presente que los profesionales de la salud cubana desafiamos los obstáculos.

La tercera misión la cumplí nuevamente en Angola en el año 2011 y trabajé en los servicios de Pediatría, y en la Atención Primaria de Salud en Ginecobstetricia".

La superación personal de Enriqueta se alimenta del amor que tiene por su quehacer, por ello se hizo Técnica en Enfermería, recibió cursos pos básicos, de especialización en Administración y docencia de los servicios, la Licenciatura y la actualización de saberes en diplomados y postgrados para mejorar el desarrollo de la profesión.

La continuidad de la humana labor de la Enfermería es también una de las metas de Hernández Mezoné.

"Siempre tratamos de realizar orientación vocacional a las nuevas generaciones, e integrarnos en la docencia para transmitirles conocimientos cuando ofrecen los servicios de Salud, para que una vez graduados cuenten con todas las habilidades para atender a los pacientes".

Se dice fácil '51 años' pero para Enriqueta es parte de su existencia, su razón de ser, la satisfacción de sentirse útil y el orgullo de contribuir a salvar vidas.

En el Día Internacional de la Enfermería llegue a Enriqueta Hernández Mezoné y a todos sus colegas la felicitación y reconocimiento por su entrega y compromiso con el pueblo.

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