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Mar, 2024.- El 30 de marzo de 1894 Enrique Loynaz del Castillo cumpliendo instrucciones de José Martí, a bordo del barco Alert, introdujo clandestinamente por el puerto de Nuevitas un cargamento de armas con 200 fusiles Rémington y 48 mil cápsulas para garantizar el alzamiento.

Fueron guardados celosamente en carros de tranvías y reubicados con el pretexto de establecer ese medio de transporte en la ciudad de Puerto Príncipe.

Por instrucciones de Martí, las armas debían ser entregadas a Emilio Luaces, Coronel de la Guerra del '68', transportadas a Puerto Príncipe y resguardadas.

Emilio Luaces confidenció con el propietario de los centrales El Congreso y El Senado, enemigo acérrimo de la Revolución, Bernabé Sánchez Adán, y el armamento fue ocupado por el ejército español en la ciudad, por ello el 2 de abril de 1894 Enrique Loynaz del Castillo tuvo que partir para el extranjero.

Desde mediados de 1894 se demostró la negativa de varios camagüeyanos para reiniciar la lucha mambisa, algunos combatientes de la Guerra de los Diez Años esperaban por la llegada de Máximo Gómez y otros escogieron el camino de la manigua, el '15 marzo' Lino Suárez y Miguel Varona Guerrero se alzaron en El Senado, Las Minas de Nuevitas y en abril lo hizo Mauricio Montejo Jústiz en zonas del central El Lugareño, siendo unos de los primeros alzados en Camagüey.

Por entonces España designó al Capitán General Arsenio Martínez Campos, gobernador general de la isla y general en jefe del Ejército, para operar contra los insurrectos y evitar el levantamiento en Camagüey; mientras las primeras acciones militares se registraron por San Miguel de Nuevitas, el 8 de abril de 1895, cuando proveniente de Las Tunas el Coronel Francisco Varona junto a 50 hombres, casi desarmados, atacaron infructuosamente a San Miguel de Nuevitas para abastecerse de armas y municiones, allí murió en la acción el jefe mambí.

La necesaria presencia de los grandes jefes militares: Martí, Gómez y Maceo, y específicamente Gómez, determinaron el reinicio de la guerra en Camagüey.

 A los pocos meses de reiniciada la Revolución sufrió un duro golpe con la caída en combate de José Martí Pérez, en Dos Ríos, Contramaestre, Bayamo, el 19 de mayo de l895.

El alto mando español, conocedor de la influencia de Máximo Gómez en Camagüey, hizo todo lo posible por evitar su entrada a la región y el Capitán General Arsenio Martínez Campos llegó a Puerto Príncipe, donde permaneció desde el '28 de mayo' hasta el '3 de junio' adoptando distintas medidas: fortaleció la línea férrea a Nuevitas, nuevos infantes desembarcaron por el puerto entre el 13 y el '16 de junio', incluyendo la alta oficialidad de los regimientos María Cristina y Tarragona, del Batallón de Cádiz y del Escuadrón de Villarrobledo; propagaron la falsa noticia de la muerte del Generalísimo, así como la aplicación de una política de acercamiento y benevolencia hacía los antiguos jefes insurrectos.

Esto no impidió que Gómez, con más de 100 hombres, entrara a Camagüey el 5 de junio de 1895, día en que Salvador Cisneros Betancourt, jefe de la conspiración, se levantara en armas en Las Guásimas de Montalván, y el '11 de junio' en Sabanilla de Jobabo se unieron Máximo Gómez Báez y Salvador Cisneros Betancourt, de inmediato se dieron a la tarea de organizar al Camagüey.

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