May, 2023.- Hablar de José Martí puede abarcar horas y gran cantidad de cuartillas; es que su vida y obra fue tan rica y prolífica que detallar todo lo que hizo resulta una labor casi titánica.
Decir entonces que el Apóstol de la independencia de Cuba habló de todo no resulta nada exagerado, en su obra podemos encontrar concepciones políticas, escritos literarios para niños y adultos, análisis sobre la naturaleza y hasta incursiones en el mundo de las artes. ¡Así de fácil se desdoblaba el Maestro en esa doble condición de escritor y político!
Y es que muy agudo y previsor fue su pensamiento, a tal punto de que supo advertirnos del peligro del gigante de las siete leguas y de lo imperioso que era, incluso entonces, que las naciones de la América Nuestra se unieran para hacerle frente.
Precisamente el tema de la unidad resulto vital en su pensamiento y acción, el análisis de las causas del fracaso de la guerra de los 10 años le hicieron comprender que para obtener la verdadera libertad de Cuba era necesario que los independentistas, veteranos y jóvenes aunaran fuerzas y concepciones.
A ese fin puso en servicio, también, su genial oratoria; su verbo era tan potente como su prosa y arengaba a los presentes a tal punto que quienes presenciaban sus discursos salían henchidos de orgullo patrio y sentir revolucionario.
Qué decir de su quehacer literario, casi no hubo género que no abordara con su pluma, desde la poesía hasta el ensayo, el cuento y la novela.
Magistrales son sus versos sencillos, con los que hemos crecido todas las generaciones de cubanos y que se convierten en símbolo de verdadero amor patrio, de compromiso y entrega a la causa libertaria.
De Martí aprendimos el valor de la amistad, el rechazo al racismo, lo vital del sentido del deber, la necesidad de la unidad revolucionaria y el antimperialismo, concepciones que incluso hoy, a más de un siglo de formuladas, repercuten esencialmente en las proyecciones del país para formar hombres y mujeres de bien.
Lo más sorprendente es que la obra y la genialidad del más universal de los cubanos transcienden y se niegan a perecer o a caer en el olvido, así lo demostró la Generación del Centenario con Fidel al frente, cuando en 1953 revivió sus enseñanzas y las puso en función de vencer al tirano y formar un proyecto de nación con todos y para el bien de todos, como él había soñado.
No por gusto en aquel momento su desempeño en aras de la libertad de Cuba le ganó el mérito de ser reconocido como el Héroe Nacional, el autor intelectual del Moncada o el Maestro.
Martí se siente más vivo que nunca, presente siempre en cada obra que emprendemos para hacer de esta una mejor nación.