Ene, 2022.- En disímiles hogares cubanos no resulta tan bienvenido el pan de la bodega, en algunos por carecer de calidad y en otros por incidir negativamente en la salud humana al provocar hipertensión arterial y obesidad.
Por mi parte sí valoro esta opción que, aunque no siempre es suficiente, la considero necesaria en el menú del desayuno antes de comenzar la rutina habitual.
Y es que la calidad del pan a veces no es culpa del panadero que es al primero que cuestionamos, sino de la materia prima empleada para su elaboración.
La harina es una de ellas, que por cierto, por estos días llega al municipio a deshora y en proporciones casi para cada jornada, por consecuencia de las afectaciones del bloqueo económico, comercial y financiero y la crisis provocada por la pandemia.
Es por ello que hoy 25 de enero, Día del Trabajador de la Industria Alimentaria, quisiera reconocer a esos hombres y mujeres que tienen en su hacer brindar variadas opciones siempre que las materias primas se lo permitan.
Para lograr tal objetivo muchas veces a deshora o en el horario en que la mayoría de las personas descansan manipulan grandes cantidades de masa sin importar que sea fin de semana, se transite por una situación epidemiológica compleja, e incluso, la ocurrencia de eventos meteorológicos, porque lo importante para ellos es mantenerse en sus faenas y entregar el gustado alimento.
Por todas esas razones, la comprensión y la felicitación en esta festividad.