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Dic, 2022.- "La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre", expresó José Martí. Y es que las riquezas naturales son un bien insustituible que debemos apreciar más pues múltiples son sus beneficios para los seres humanos.

No hay nuevitero que pueda resistirse a las maravillas que nos rodean, porque no hay nada como el saludo matinal del mar para alegrarnos el día o la brisa fresca que nos recibe desde lo alto de las lomas que circundan esta ciudad.

Tales riquezas constituyen un bien preciado que debemos cuidar mucho más, pues no son pocos los agravios que reciben, como la contaminación o la explotación de sus recursos.

Pero si al deterioro del entorno provocado por el ser humano sumamos la ocurrencia de fenómenos hidrometeorológicos extremos a causa del cambio climático, entonces el futuro se muestra muy gris.

Es por ello que en el país se implementa desde el 2017 la Tarea Vida, Plan del Estado cubano para el Enfrentamiento al Cambio Climático, que traza la política ambientalista nacional y es rectorada por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).

Se trata de una proyección abarcadora que tiene un alcance y jerarquía superiores a los documentos anteriormente concebidos en la isla sobre el tema, y cuya implementación requiere de un programa de inversiones progresivas que se ejecutarán a corto, mediano, largo y muy largo plazos para contrarrestar las afectaciones en las zonas vulnerables.

Entre las acciones en las que se trabaja destacan la proyección de no permitir la construcción de nuevas viviendas en los asentamientos costeros amenazados, adaptar las actividades agropecuarias a los cambios en el uso de la tierra por consecuencia de la elevación del nivel del mar y la sequía, y planificar los procesos de reordenamiento urbano de los asentamientos e infraestructuras amenazadas.

Por su posición geográfica Nuevitas destaca entre los municipios de la provincia de Camagüey que serán más afectados por el cambio climático antes de 2050.

Entre los riesgos que enfrenta están la penetración del mar, las inundaciones, el peligro de la salinización de los suelos y la incidencia de los fuertes vientos en los siete Consejos Populares, razones por las que aquí se fortalecen las gestiones de adaptación al cambio climático, principal objetivo de la Tarea Vida.

Este plan se materializa, por ejemplo, en los resultados del programa de lucha contra la contaminación de la bahía, que logra alcanzar un índice de calidad ambiental de sus aguas en torno al 70 por ciento; además de los logros de la implementación en Santa Rita del proyecto internacional Resiliencia Costera, que busca la adaptación al cambio climático a partir de soluciones naturales; así como de las iniciativas que se encargan de la rehabilitación de las dunas y de la vegetación de costa arenosa en Santa Lucía.

Por otra parte, la educación ambiental establece la principal herramienta de trabajo para la implementación del Plan del Estado cubano, por ello se consolidan círculos de interés en las escuelas para cultivar el respeto y el amor a la naturaleza, y los especialistas del CITMA desarrollan estrategias de orientación en las comunidades costeras.

Estas iniciativas llegan hasta Santa Rita, San Jacinto, Punta Gorda y Santa Lucía para socializar formas más efectivas para la construcción de viviendas resistentes a los vientos huracanados y resaltar la importancia de no construir en la primera línea de costa, medidas preventivas que pueden convertirse en la única salvación para quienes allí habitan.

Cuidar el medio ambiente es sentir amor por lo que nos rodea, percibir como propias las áreas comunes del barrio, los árboles del parque, los animalitos de casa o los que viven de forma silvestre; es reconocer en el mar, ese que cada mañana nos saluda con su mejor cara, a un amigo entrañable que necesita ayuda. Por eso, protejamos el medio ambiente, apostemos por esta tarea que da vida y garanticemos así su futuro y el de la Madre Tierra.

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