Nov, 2021.- Nora Campo Fernández abrió las puestas de su hogar con la gratitud dibujada en sus ojos, ventana que reflejaba el agradecimiento a la entrevista no solo por la Jornada del Educador sino por la importante fecha que representa para los cubanos, desde el año 2016 el 25 de noviembre, cuando Fidel Castro partió a la inmortalidad.
Después de unos minutos de familiarización inició el diálogo que nos llevó a representantes del sector educacional y de Radio Nuevitas a su morada: “Cuando el Comandante en Jefe planificó el ataque al cuartel Moncada defendía seis problemáticas que afectaban a la población cubana: la educación, la salud, la tierra, la vivienda, el desempleo y la industrialización.
Tras el triunfo de la Revolución él hace el llamado a la Campaña de Alfabetización, tarea que previamente requirió de una preparación con la guía del Manual que contaba con 23 temas, en los que se representaban las necesidades antes mencionadas”, refiere mientras ojea el ejemplar que conserva con tesón.
“La cartilla consta de tres capítulos: la recomendación general, los temas en sí, y por último, el vocabulario a emplear, todo con el objetivo de que las personas aprendieran a leer y a escribir y, además, dotarlos de los conocimientos necesarios, y de esta forma ofrecerles una formación general de la situación de los cubanos.
ALFABETIZACIÓN EN MARCHA
A los 16 años de edad estuvo en El Carmen, poblado de Lugareño, pero a medida que se presentaban otros casos la trasladaban “En una ocasión me fueron a buscar tras haber ubicado relevo y me dijeron con mucho misterio que me necesitaban en Nuevitas, en un lugar (al finalizar la calle Mamacú, en las cercanías donde hoy está ubicado el Consultorio del Médico y la Familia No. 9) donde residían las mujeres alegres, refiriéndose al antiguo American Bar.
En su mayoría esas féminas estaban allí debido a la difícil situación económica que tenían en sus casas, sin embargo su agradecimiento, educación natural y respeto era impresionante, y ver que su comportamiento distaba mucho de lo que se decía de ellas fue la experiencia que más me marcó en esa etapa”.
También cuenta con regocijo que poco tiempo después las muchachas regresaron con sus familiares y se desintegró ese caserío, en tanto ella siguió alfabetizando por otros lares donde la colocaron.
FIN DE LA TAREA
“No hay palabras para describir aquel 22 de diciembre de 1961 cuando se declaró a Cuba libre de analfabetismo y estábamos en la plaza donde estaba Fidel.
La culminación de la Campaña me embargó una mezcla de tristeza y alegría, el primer sentimiento porque me había acostumbrado a educar, y el segundo debido a que acababa de ser protagonista de uno de los hechos más grandes de la Revolución”, acotó Nora con satisfacción.
NUEVA ETAPA
“Inicialmente estuve un tiempo dando clases particulares en mi casa y luego con carácter de intervención me rescataron directamente mediante la modalidad de maestros “absorbidos” como se les decía y me situaron a trabajar.
Radiqué en las escuelas Aurelia Castillo, Antonio Maceo, Camilo Cienfuegos, en la nocturna José Antonio Echeverría, en la cabecera municipal y en la Abel Santa María en Senado; siempre donde he hecho falta y me he sentido útil” resaltó Campo Fernández.
NOSTALGIA y CONSAGRACIÓN
Antes de concluir la entrevista Nora hizo una aclaración muy oportuna y quienes la conocen la corroboran: “No estoy en un aula pero sigo educando y enseñando, actuar que mantendré hasta mis últimos días”.
HOMANAJE ETERNO
Por estos días en los que el pueblo de Cuba recuerda con mayor énfasis al Comandante en Jefe, por el quinto aniversario de su desaparición física, la bandera de la estrella solitaria e imágenes de Fidel forman parte de la fachada de la vivienda de Nora Campo Fernández, una nuevitera que agradece día a día las bondades de la Revolución.
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