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Ago, 2022.- “En aquel entonces vi que tenía un futuro por delante que era graduarme y de esa forma contribuir con mi labor de profesora a la Revolución”, refiere la profesora Daisy Díaz Martínez, al evocar su disposición a integrar el III Contingente del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech en la especialidad de Química y cambió por Educación Laboral.

Cuenta que el décimo grado lo hizo en Sola -perteneciente entonces a la región Nuevitas- y en el año 1973 asumió la responsabilidad de estudiar y trabajar: “nosotros estudiábamos en la Filial en una sesión y en la otra sesión impartíamos clases y hacíamos lo mismo que cualquier profesor que ganaba un salario para ello.

Los alumnos eran relativamente jóvenes, sin embargo, no recuerdo haber tenido ningún problema con ellos”.

Estos valientes consientes del momento que les tocó vivir, a partir de la creciente matrícula de estudiantes para secundaria básica y la creación de las escuelas al campo, al decir de Daisy, laboraron en varias escuelas como Sola 1, 3 y 17.

“Debíamos mantener una formación integral porque más allá de las aulas teníamos que atender a los estudiantes en el comedor, el albergue, las guardias y durante las labores productivas, modalidad que posibilitaba una formación integral a los jóvenes tanto educandos como profesores, quienes fuera de las aulas también asumíamos otras responsabilidades en bien de la sociedad.

Allí trabajamos hasta que transcurrieron los cinco años y nos graduamos de nivel superior, después hicimos dos años más y nos titulamos de licenciados en la especialidad que estudiamos”.

Posteriormente retornó al municipio de Nuevitas y trabajó en Instituto Politécnico Mario Herrero Toscano durante varios años, luego se desempeñó como profesora en Instituto Preuniversitario Aralio Hernández García, después en la misma secundaria básica Aralio Hernández, y más tarde comenzó a trabajar como directora del Centro de Documentación e Información Pedagógica Municipal que radicaba en el IPE donde se mantuvo los 34 años restantes hasta su jubilación.

Aunque Daisy considera que la profesión es “muy sacrificada”, la reconforta ser reconocida por las calles cuando coincide con alguien que en su momento fue su alumno y ya es un hombre o una mujer, que incluso ya se graduó de alguna profesión, “en ese momento siento que hice algo bueno en la formación de esa generación y lo disfruto, esa es una muestra de que el objetivo se logró”.

Esas son las cosas que hacen que Díaz Martínez repita una y otra vez que la vivencia que inició hace tantos años fue muy bonita, algo que jamás podrá olvidar porque “fue única en la historia”.

Y por si el nombre y la foto no coinciden para quienes conocen a esta educadora, como reportera debo destacar que al mencionar a profesionales del sector educacional con vasta experiencia en Nuevitas generalmente para referirse a Daisy dicen Deisy, un nombre que, también, acompañan del apodo de su esposo Luis Gustavo Fernández Vega, más conocido por Guicho, quien además de ser su compañero de vida integró el II Contingente del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech y ofreció su testimonio a Radio Nuevitas, historia de vida que publicaremos próximamente.

Por lo pronto, el reconocimiento a Daisy Díaz Martínez por haber dado el paso al frente ante el llamado del Comandante en Jefe Fidel Castro, y el agradecimiento por compartir su experiencia.

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